Si te preocupa que tu hijo abandone la escuela o si notas que está teniendo diversas dificultades en su aprendizaje, ¿sabes que es posible ayudarlo y animarlo a continuar sus estudios? Sigue leyendo algunas ideas:

– Acompáñalo desde el principio

Si solo te interesa el progreso académico de tu hijo cuando parece querer abandonar, es demasiado tarde. La escuela debe valorarse desde los primeros días. Hazles preguntas a tus hijos sobre lo que han aprendido, felicítalos por sus éxitos, escucha sus historias diarias, descubre lo que están haciendo y lo que piensan de sus maestros.

Abandonar la escuela suele ser el resultado de un proceso largo, pero si no permites que los sentimientos negativos se establezcan al tomar las medidas adecuadas desde el principio, es muy probable que la vida escolar sea un éxito.

– Involúcrate en la escuela

Si tu hijo te ve involucrado verá cuánto significa para ti la parte escolar de su vida. Y un niño pequeño siempre quiere complacer a sus padres. Al amar la escuela desde una edad temprana, hay muchas posibilidades de que se convierta en un hábito, incluso cuando llegue la edad en la que desee, por el contrario, desarrollar su propia individualidad.

– Trabaja con el personal de la escuela

Si los maestros de tu hijo u otros especialistas te dicen que tu hijo tiene un problema de aprendizaje, haz todo lo que esté a tu alcance para ayudarlo y trabaja junto con ellos. Estos especialistas saben cómo detectar problemas y trabajar juntos de manera efectiva a menudo puede prevenir problemas que surgirían más adelante en la educación de tu hijo.

– Fomenta todas las formas de aprendizaje

La escuela es importante, por supuesto, pero no es la única forma de aprender. Debes alentar a tus hijos a desarrollar sus talentos en las artes, los deportes u otros campos. Porque es quizás en estos campos donde deseen continuar sus estudios.

– Conoce las fortalezas y debilidades de tus hijos

Nadie puede ser bueno en todo. Quizás tus hijos sean mejores en ciencias o en idiomas y lectura. Reconoce sus debilidades para no ser demasiado exigente en estas materias. A veces, una simple nota aprobatoria en matemáticas es realmente una prueba de que ha utilizado todo su potencial.

Felicítalos cuando superen sus límites, incluso si la nota final no es fantástica. Tienes que saber mirar más allá de las notas.

– Ayúdalo a establecer metas

Tú conoces a tus hijos mejor que nadie y, por lo tanto, sabes lo que es importante para ellos, lo que los emociona. Cuando sea posible, ayúdalos a orientarse en los campos que aman, hazles conocer personas que ya están trabajando, ayúdalos a visualizar dónde les gustaría estar en 2 años, 5 años 10 años.

– Fomenta el sentimiento de pertenencia a la escuela

El estímulo y el diálogo en casa es bueno, pero eso no es todo. A partir de la escuela secundaria, los niños se alejan gradualmente del núcleo familiar y crean vínculos cada vez más fuertes con sus compañeros.

Esta transición, obviamente, se realiza a través de la escuela, de ahí la importancia de sentirse bien allí. Las actividades extraescolares y los proyectos de todo tipo ayudan a que los niños se sientan a gusto y desarrollen un fuerte sentido de pertenencia a su grupo.

– Vigila sus tiempos libres

En la adolescencia es cuando los jóvenes se enfrentan a muchas opciones no siempre obvias. Las malas juntas pueden llevarlos por el camino de las drogas y el alcohol. Sin ser demasiado intransigente, intenta conocer a sus amigos, saber dónde están cuando no vienen directamente a casa para saber sus pasos.

Si te involucras en la formación educativa de tu hijo cubriendo distintos aspectos, habrá menos probabilidades de que niños y jóvenes decidan dejar la escuela.

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