La lectura es fundamental para estudiar, sobre todo cuando estamos en la universidad. No podemos leer con una actitud pasiva, sino con carácter activo para estimular el desarrollo del aprendizaje.
Si vamos a leer para aprender, debemos hacerlo conscientemente para comprender, relacionar, memorizar y aplicar los conocimientos. Sigue leyendo para conocer cómo desarrollar la lectura, cuáles son sus objetivos y la manera de seguir una estrategia correcta.
Forma de desarrollar la lectura
Con el paso del tiempo, las habilidades de lectura se van desarrollando y el proceso se vuelve más desafiante. La complejidad aumenta significativamente desde los libros escolares hasta los textos científicos, por lo que es necesario adaptarnos a las perspectivas.
Comenzamos con un enfoque superficial destinado a recopilar datos y pasamos a un enfoque profundo, donde la interpretación juega un papel esencial para sacarles el máximo provecho a los textos.
La lectura entonces consiste en una forma de saber lo que se dice, además de reconocer e interpretar lo dicho considerando el punto de vista del autor.
Objetivo de la lectura
Cada quien lee en su rutina diaria con diferentes propósitos, ya sea por entretenimiento, para estudiar o para aprender a hacer algo. Dentro de los objetivos comunes de la lectura están:
- Obtener información de uso práctico, como los horarios de la escuela o la cartelera del cine. No requiere análisis o interpretación.
- Entretenernos leyendo literatura de ficción. Se puede aplicar algo de interpretación para comprender al autor.
- Informarnos con periódicos y revistas sobre noticias y hechos actuales. Se requiere interpretación para no caer en los sesgos comunes.
- Prepararnos académicamente con libros y revistas. Estos exigen un alto nivel de interpretación y análisis con lectura crítica para identificar lo que puede ser verdad.
En el caso de lecturas académicas, se persigue el aprendizaje y el desarrollo del pensamiento, incorporar nuevas ideas, ver las cosas desde diferentes ángulos, promover el conocimiento y comprensión.
El aprendizaje, por lo tanto, se produce no por leer y recordar detalles, sino por desarrollar una comprensión del significado de los detalles.
Materiales de lectura necesarios
Los materiales de lectura en el colegio o universidad se dividen en diferentes tipos, por ejemplo:
– Materiales del curso: dependen de la institución, la disciplina y el profesor. Pueden ser libros, presentaciones, ensayos, artículos de revista y otros.
– Textos fundamentales: son lecturas esenciales que buscan ampliar los temas, discusiones y argumentos presentados en los materiales del curso. Habrá que demostrar comprensión de estas teorías e ideas.
– Lecturas sugeridas: permiten aumentar la comprensión de un área temática, para mejorar en gran medida el conocimiento.
– Otras fuentes: se trata de lecturas adicionales que complementan la información que se ha recibido por las demás fuentes.
Actitudes hacia la lectura
Cuando comenzamos a leer libros relacionados con un tema nuevo, encontramos que el lenguaje y el estilo son difíciles de seguir. Aunque resulte desagradable o desalentador, debemos perseverar.
Poco a poco podremos familiarizarnos con el estilo de escritura y el vocabulario o asociado con el área temática específica. Es importante permanecer alejado y ser objetivo de lo que se está leyendo para poder ver y entender la lógica dentro de un argumento.
La subjetividad significa traer tus propias emociones y opiniones a lo que lees; en cambio, ser objetivo te permite estar emocionalmente separado de tu lectura para concentrarte en el contenido y no en los sentimientos sobre lo que lees.
A través de la lectura podremos conseguir mejorar notablemente nuestras habilidades personales y profesionales. ¿Qué te pareció el artículo? Si te gustó, ayúdame a compartirlo.