No solo debemos concentrarnos en la comunicación con los otros. Nuestro diálogo interno también es sumamente importante. Se trata de nuestros pensamientos, esa vocecita en la cabeza que comenta sobre la vida, lo que sucede alrededor o lo que estamos pensando consciente o subconscientemente.
Todos tenemos un diálogo interno y funciona todo el tiempo. Algunos de nosotros, sin embargo, podemos prestarle más atención que otros y ser más hábiles para manipularlo.
La importancia del diálogo interno
El diálogo interno es parte de lo que nos hace humanos y, en particular, nos da la capacidad de razonar y pensar en situaciones.
Pero lo que piensas y el lenguaje que usas pueden afectar tu estado de ánimo, la confianza en ti mismo y la autoestima. Esta es la base de la programación neurolingüística.
Así como sonreír te hace sentir feliz, estar expuesto a un lenguaje negativo y pensamientos infelices puede afectar tu estado de ánimo. Poder tener un diálogo interno positivo y ver el lado positivo puede ayudarte a sentirte más positivo y mejorar tu estado de ánimo.
Todo esto se combina para sugerir que aprender a manejar tu diálogo interno probablemente sea importante tanto para el bienestar mental como, potencialmente, para el éxito en la vida.
Gestionar tu diálogo interno
Antes de que puedas administrar tu diálogo interno, primero debes ser más consciente de él. Algunos somos muy conscientes de nuestro diálogo interno, como una presencia constante en el cerebro, o incluso como una conversación en curso.
Otros lo son mucho menos, y puede que les resulte más difícil sintonizar. Una forma de tomar conciencia de ello es intentar hacer algo de meditación, porque esto te ayuda a concentrarte en tus pensamientos.
Una vez que te hayas vuelto más consciente de lo que estás pensando y del tipo de patrones que tienden a formar tus pensamientos, puedes hacer algo para cambiarlos, si es necesario.
Hay varias formas importantes en las que puedes ayudarte a ti mismo. Primero piensa positivamente, no negativamente. Buscar formas de mejorar es bueno, pero culparte a ti mismo porque no has logrado no lo es. Es importante tratar de evitar los pensamientos negativos en tu diálogo interno.
Una forma de hacer esto es cambiar conscientemente lo que estás pensando. Si te escuchas a ti mismo pensando en algo negativo, concéntrate en algo positivo. Por ejemplo, en lugar de pensar en lo que hiciste mal, piensa en lo que harás de manera diferente la próxima vez, en lo que has aprendido o incluso en lo que hiciste bien.
Intenta vivir en el presente
Tu diálogo interno a menudo tiende a centrarse en el pasado (‘lo que podría haber sido’) y el futuro (‘lo que podría ser’). Por lo tanto, concentrarte en el presente calma un poco tu diálogo interno y también te ayuda a concentrarte y apreciar lo que está sucediendo ahora.
Sé agradecido por lo que tienes
Una forma de cambiar la dirección de tus pensamientos y, en particular, de evitar querer más o menos es pensar en aquello por lo que debes estar agradecido. Esto te ayuda a ser más positivo, porque estás buscando lo bueno en tu vida.
Detén el diálogo interno inútil
Todos tenemos momentos en los que nuestro diálogo interno parece irse por sí solo y puede convertirse en una diatriba negativa. Cuando sientas que esto está sucediendo, puede ser útil decirte a ti mismo que te detengas, ya que esto te detiene en seco y te recuerda que esto no ayuda.
Controlar el diálogo interno requiere tiempo y práctica
Como cualquier otro ejercicio o práctica mental, se necesita tiempo para aprender a escuchar y luego controlar tu diálogo interno. Al principio, probablemente te resultará difícil. Sin embargo, cuanto más practiques, más fácil te resultará, aunque todavía tendrás momentos en los que tendrás dificultades. Esto es completamente normal.
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