Tanto en la vida como en el trabajo, es importante saber cómo proporcionar retroalimentación a los demás, de manera efectiva y constructiva, sin ofender. Hay muchas oportunidades en la vida para proporcionar retroalimentación a otros, desde comentar la forma en que tu colega ha llevado a cabo una tarea, hasta discutir el comportamiento de tus hijos con ellos.

Vamos a centrarnos en el proceso de comunicarse con alguien sobre algo que ha hecho o dicho, con el fin de cambiar o fomentar ese comportamiento. A esto a menudo se le llama ‘dar retroalimentación’, y cuando se hace, se quiere que la retroalimentación sea efectiva.

‘Retroalimentación’ es un término de uso frecuente en la teoría de la comunicación y que permite desarrollar un mejor proceso comunicativo.

¿Qué es la retroalimentación efectiva?

La retroalimentación efectiva es aquella que se escucha, entiende y acepta claramente. Esas son las áreas que están dentro de tu poder. No tienes control sobre si el destinatario elige actuar según tus comentarios.

Entonces, ¿cómo puedes asegurarte de que tus comentarios sean efectivos? Desarrolla tus habilidades de retroalimentación usando estas pocas reglas y pronto descubrirás que serás mucho más efectivo.

1. La retroalimentación debe ser sobre el comportamiento, no sobre la personalidad

La primera, y probablemente la regla más importante de la retroalimentación, es recordar que no estás haciendo ningún comentario sobre qué tipo de persona es, o qué cree o valora. Solo estás comentando cómo se comportaron.

No te sientas tentado a discutir aspectos de personalidad, inteligencia o cualquier otra cosa. Solo comportamiento.

2. La retroalimentación debe describir el efecto del comportamiento de la persona en ti

Después de todo, no conoces el efecto en nadie ni en nada más. Solo sabes cómo te hizo sentir o qué pensaste. Presentar comentarios como tu opinión hace que sea mucho más fácil para el destinatario escucharlos y aceptarlos, incluso si estás dando comentarios negativos.

Después de todo, ellos no tienen control sobre cómo te sientes, como tampoco tú tienes control sobre su intención. Este enfoque es libre de culpa, por lo que es mucho más aceptable.

3. La retroalimentación debe ser lo más específica posible

Especialmente cuando las cosas no van bien, todos sabemos que es tentador empezar desde el punto de vista de ‘todo lo que haces es basura’, pero no lo hagas. Piensa en ocasiones específicas y comportamientos específicos, y señala exactamente lo que hizo la persona y exactamente cómo te hizo sentir.

Cuanto más específico, mejor, ya que es mucho más fácil escuchar sobre una ocasión específica que sobre ‘todo el tiempo’.

4. La retroalimentación debe ser oportuna

No sirve de nada contarle a alguien algo que te ofendió o te agradó 6 meses después. La retroalimentación debe ser oportuna, lo que significa que todos aún pueden recordar lo que sucedió.

Si tienes comentarios que dar, simplemente bríndalos. Eso no significa sin pensar. Todavía tienes que pensar en lo que vas a decir y cómo.

5. Elige tu momento

Hay momentos en los que las personas se sienten abiertas a la retroalimentación y otros en los que no. Aprende a desarrollar tu conciencia de las emociones y sentimientos de los demás para saber elegir un momento adecuado.

Por ejemplo, una persona enfadada no querrá aceptar comentarios, ni siquiera si se le dan hábilmente. Espera hasta que se hayan calmado un poco.

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