Establecer un negocio no es una tarea trivial. Hay mucho en qué pensar, desde tener la idea de negocio correcta, registrarse con las autoridades necesarias y conseguir a las personas adecuadas que se involucren como empleados o asesores.
Muchas pequeñas empresas fracasan en los primeros 2 a 5 años, y esto suele ser el resultado de la falta de preparación o planificación. Por lo que trataré de guiarte a través del proceso de desarrollo de tu idea de negocio en papel y garantizar que tengas la mejor oportunidad posible de sobrevivir tus primeros años de trabajo por cuenta propia.
La idea de negocio
El primer paso para establecer una empresa es identificar lo que vas a hacer. Es posible que ya tengas una buena idea para un negocio, o simplemente sepas que quieres trabajar por tu cuenta y te gusta la idea de administrar tu propio negocio.
Tu idea de negocio debe jugar con tus puntos fuertes y permitirte aprovechar tus conocimientos, experiencia y contactos existentes. No es sensato comenzar de nuevo en una industria completamente nueva, trabajando en un área en la que no tienes experiencia.
Al evaluar tus puntos fuertes, puede resultarte útil utilizar una herramienta como un análisis FODA, particularmente un análisis FODA personal.
Investigando el mercado
Una vez que tengas una idea para un negocio, el siguiente paso es investigar el mercado y asegurarte de que tu idea sea realmente tan buena como crees. Debes estar seguro de poder vender tu producto o servicio a un precio que te permita ganar suficiente dinero para tus propósitos.
Desarrollando un plan de negocios
Cuando te asegures de tener una buena idea, con un mercado preparado, puedes comenzar a desarrollar un plan de negocios.
En términos generales, esto establece tus objetivos comerciales y cómo planeas alcanzarlos. En efecto, debe proporcionarte un resumen de los primeros años de tu negocio: cuánto dinero necesitas, qué harás y cuánto dinero esperas poder ganar.
Identificar los objetivos de negocios es muy similar a establecer objetivos personales: pensar dónde quieres estar dentro de unos años y luego establecer objetivos intermedios en el camino.
Los objetivos deben ajustarse y ser:
- Específicos: incluir tantos detalles como sea posible, de modo que tengas absolutamente claro lo que estás tratando de lograr.
- Medibles: poder medir tu progreso.
- Alcanzables: con el trabajo duro, podrás lograrlos; imposible no lo es.
- Relevantes: deben ser pasos en el camino hacia tu objetivo general, y no deben desviarse por otros caminos.
- Cronometrados: debes tener claro cuándo planeas alcanzar cada objetivo.
Debes tener claro el efecto de tus actividades, tanto en tus objetivos comerciales como en tus finanzas. Este efecto puede ser positivo o negativo; en otras palabras, incluirá lo que estás gastando y tus ingresos.
Las preguntas para pensar incluyen:
- ¿Cuánto dinero necesitas y dónde esperas obtenerlo?
- ¿Cuánto invertirás personalmente y qué impacto tendrá eso en tu vida?
- ¿Alguien más ya ha ofrecido invertir o prestarte dinero?
- ¿Cómo será el flujo de efectivo?
Más pequeñas empresas fracasan por falta de efectivo que por cualquier otra cosa. No importa si tienes más dinero entrando que saliendo: necesitas poder pagar tus facturas cuando vencen, y eso significa tener el dinero en efectivo en el momento adecuado.
Un punto importante
¡Recuerda que tu negocio necesita comenzar a ganar dinero lo antes posible! Hasta que tengas algún ingreso de ventas o provisión de servicios, dependes de otras fuentes de dinero, como inversores o préstamos. Este es por lo tanto un punto clave.
El paso final en el proceso de desarrollo es decidir la forma legal de tu negocio. Las formas legales precisas disponibles dependerán de dónde vivas, pero las opciones pueden incluir una compañía limitada, una sociedad y ser un comerciante único.