Los tiempos difíciles no son ajenos a la educación. La ambigüedad, la gravedad y la duración de esta pandemia han aumentado la presión. Entonces, ¿qué han aprendido los líderes que se pueda aplicar a la gestión de la última fase de esta crisis, así como las crisis futuras que probablemente enfrentaremos?
La respuesta es desarrollar la resiliencia, la capacidad de afrontar, adaptarse y perseverar durante tiempos difíciles y estresantes. Presta atención a estas seis estrategias de construcción de resiliencia para el liderazgo en la educación:
1- Adoptar una mentalidad de ingenio
Los problemas, incluso de proporciones críticas, pueden manejarse con imaginación y la capacidad de dividir un gran problema en partes más manejables. Tener esta mentalidad también permite la agilidad y las respuestas inventivas incluso para los problemas más complicados.
Además del ingenio y la adaptabilidad, los fundamentos de la resolución eficaz de problemas incluyen el respeto por las diferencias y la voluntad de intercambiar ideas con otros para llegar a soluciones creativas.
2- Centrarse en lo positivo
Centrarse en pensamientos positivos es una forma eficaz para que los líderes resilientes manejen el estrés que puede afectar la toma de decisiones y cómo abordamos los nuevos desafíos.
Desarrolla confianza reconociendo tus logros y fortalezas. También es importante encontrar estimulantes que puedan aligerar su perspectiva y generar esperanza.
3- Establecer relaciones
La colaboración entre colegas es clave para beneficiarse y tener una experiencia unificadora. Cuando más personas se unen y comparten ideas es posible tomar mejores decisiones en momentos difíciles.
4- Celebrar las pequeñas victorias
Es fácil olvidarse de tomarse el tiempo para celebrar las victorias, especialmente las pequeñas en tiempos difíciles. Una consecuencia de no reconocer los pequeños logros es que perdemos oportunidades para reforzar cómo se siente el logro.
Celebrar las «pequeñas» victorias de tus colegas y miembros del equipo reconoce tus logros. Si tienes problemas para pensar en cosas para celebrar, pregunta por qué están agradecidos demás y celebra la gratitud.
5- Tomarse un descanso
Durante tiempos difíciles, las realidades pueden pesar mucho sobre el bienestar físico y psicológico. Piense en cómo puedes desarrollar un plan que establezca límites para ayudarte a desconectarte y recargarte.
Comienza por enfocarte en áreas específicas de cuidado personal que sean importantes para ti e incorpora estas actividades en tu calendario hasta que desarrolles una rutina. Un buen punto de partida para mejorar el autocuidado físico incluye centrarse en el sueño, la dieta y el ejercicio.
6- ¡Comunicar! ¡Comunicar! ¡Comunicar!
No nos va bien cuando hay demasiada ambigüedad. Queremos respuestas y certeza, incluso cuando no sabemos lo que todavía no sabemos. Los líderes resilientes utilizan la comunicación para transmitir lo que se sabe en ese momento.
Y a medida que se dispone de más información, proporcionan actualizaciones para que otros puedan sentir algo de claridad. Hacen preguntas y escuchan con atención. Los líderes resilientes no amplifican los rumores y admiten fácilmente cuando no saben algo.
Hay líderes resistentes en cada uno de nosotros. Nuestras experiencias a veces pueden ser serias, a veces divertidas, pero siempre vale la pena compartirlas. Desarrollar la resiliencia requiere práctica para asegurarnos de que estaremos listos para el próximo momento difícil.
Si te desanimas en el camino, recuerda que la esperanza no puede ser puesta en cuarentena o aislada y que los líderes resilientes pueden superar los momentos más difíciles.
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Imaginar, focalizar, colaborar, celebrar, descansar y comunicar.
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